LÁGRIMAS DE SIRENA, LA BASURA QUE NO SE VE
Lágrimas de sirena, este es el nombre poético con el que se le llaman a pequeños pedazos de plástico creados por las petroleras o las fábricas de reciclaje. Estas bolitas minúsculas que muchas veces se camuflan con las conchas de nuestras playas son un auténtico problema para nuestros entornos.
Una vez en el mar se descomponen (con mucho tiempo) y van soltando elementos químicos tóxicos para nuestros ecosistemas, también para nosotras y nosotros. Dicen que precisamente les llaman “Lágrimas de Sirena” porque es el mar el que está llorando, y no nos sorprende. En realidad su nombre es pellets de plástico o nurdles en Inglés.
Pero, ¿para qué se usan? Se usan para fabricar más plástico, las industrias las funden para crear los diferentes objetos que todas conocemos y, a veces, usamos. Lo que en principio no debería tener sentido es que terminen en nuestras playas y eso pasa por muchos motivos.
El primero es que no hay una normativa estricta, las empresas dicen que ellas tienen cuidado pero en la práctica sabemos que no es verdad. De hecho las playas del mediterráneo cercanas al complejo petroquímico de Tarragona están plagadas de este residuo.
Y al descuido por parte de las fábricas hay que sumarle que muchas veces ocurren accidentes durante su transporte, como ocurrió con el barco en Sri Lanka. Estos “errores” son mortales para nuestros océanos y todavía no sabemos cuál será la consecuencia a largo plazo.
Si por lo que sea a ti el planeta y el resto de seres que lo habitan no te preocupa, entonces preocúpate por tu salud, hace unos años que se comenzaron a encontrar restos de residuos plásticos en nuestra orina, de esto te hablamos en este POST.
Entonces, ¿mar o plástico? Dale una vuelta.
Abrazos y buena vibra.
