Pues sí, después de muchos vaivenes, de negociar conmigo y con los fantasmas que me atormentaban, después de borrar, escribir, borrar, escribir y juntar, he conseguido darle forma a esta catarsis que he vivido en los últimos años. Huele a-mar es eso, una catarsis y una evolución, desde esos tiempos en los que me comían los fantasmas, en los que yo pensaba que mi vida estaba destinada a ese dolor, hasta estos en los que sé que merezco todo lo bueno que me pase, y tú también.

No ha sido fácil deshacerme de todo, sentí que me quedaría sin nada, que mi yo era eso, pero no, sentí tanto, tanto, tanto, que dolió. Pero todo pasa y del lodo crecen las flores de Loto, las más hermosas, capaces de sobrevivir en circunstancias difusas. Y eso somos. Gracias por creer en mi, gracias a la familia en la que crecí y gracias a la familia que elegí tener, gracias a las mil personas que han pasado, que pasan y que están. Gracias a ti.